terça-feira, 11 de maio de 2010

Adonde está “la fuerza”

Por Gregorio Baremblitt
Que me disculpen los “experts” pero muchas veces, no entender nada de uma especialidad permite hacerle preguntas que ella misma no se imaginaría. En este caso se trata de las interrogantes que surgen en los legos frente al grotesco contraste entre las dogmáticas afirmaciones de infalibilidad de los partidarios del neoliberalismo globalizado y la sucesión de desastres que afectan al “mundo” que adopta sus preceptos.
Desde la década de 1980 hasta la actualidad han declarado “moratoria” o “insolvencia” países de Centro y Sudamérica, de África, de Oriente Medio, del Sudeste asiático así como varios de la ex Unión Soviética. Más recientemente los Estados Unidos de Norte América pasaron por una incómoda crisis que los obligó a altísimos gastos extra que tuvieron que pagar con sus reservas y que por poco no llevan al mundo entero con ella. Después nos sorprendió la crisis de Islandia y actualmente enfrentamos la de Grecia que amenaza con desencadenar una en Portugal, España e Irlanda, comprometiendo a la Comunidad Europea que se había tornado un emblema de equilibrio, moderación y negociación en sus finanzas. Pero además tienen vigencia actualmente fragilidades decepciones económicas en países como Japón, Argentina y Venezuela, por no hablar de Haití, Chile y tantos otros castigados por desastres naturales. Por otra parte, los famosos “emergentes exitosos” como por ejemplo China, Brasil, India y Sud Àfrica continúan teniendo una horrorosa distribución de la renta, salarios vergonzosos, baja cualidad de vida, desocupación etc.
Ya conocemos las respuestas estereotipadas a inquietudes como éstas: “el Capitalismo es un sistema que evoluciona por crisis cíclicas”, “los países que gastan más de lo que ganan y los Estados que derrochan más de lo que recaudan, acaban por quebrar”, “los gobiernos que administran mal caen, pero los países no desaparecen”, “las crisis, aunque siempre acaben en concentración financiera, siempre acaban por superarse”.
En el ínterin las personas y sus familias que habían elevado su estatus socio-económico lo pierden, multitudes siguen muriendo de hambre y de enfermedades evitables, el mundo no se decide a prevenir seriamente la catástrofe que amenaza al planeta y nuevas modalidades de guerra y de delincuencia castigan al mundo entero.
La especie humana decididamente es la mas original mezcla de inteligencia con estupidez que se conoce en etología, pero hay momentos y productos de esa idiotez que parecen más espectaculares que otros. La amenaza atómica y el neo-liberalismo parecen merecer el Oscar de imbecilidad por lo menos en lo que va de los últimos cincuenta años.